Ponte peluca (pero púbica)

La actriz Olivia Wilde ha aparecido desnuda en un capítulo de Vinyl. Pero con peluca púbica.

Rosa Belmonte

05/06/2016

Olivia Wilde/ Foto: Gtresonline

El felpudo (íntimo) de la chica llevó a la chusma de Twitter a ponerla verde por tener todo ese pelo ahí abajo. ¡En una serie ambientada en los años 70! Que hay que ser merluzo. ¿Y qué les importa el pelo que una tenga si no lo van a catar? Fue Wilde al Late Night with Seth Meyers y contó a este cómo fue el rodaje de la escena. Cómo se siente una con peluca.
«Es genial. Te hace sentir un poco menos desnuda. La razón de la peluca es porque en los 70 la gente se lo dejaba crecer todo». También contó Wilde que ella no es la única que se pone los postizos: «Tenemos una pared de pelucas para todas las mujeres de la serie. Todas tienen nombres y diseñan la tuya. Es un ‘construye tu matojo’ (Build-ABush). Eliges el color Es fantástico».
Girls es una serie ambientada en la actualidad. Así que cuando Gaby Hoffmann enseñó su abundante pelambrera no estaba recreando ningún pasado. También la enseñó en Crystal Fairy, donde pasaba la mayor parte del metraje desnuda y bailando. Tras el estreno de la película en Sundance, dos señoras se acercaron a ella y le preguntaron cómo se pegaba la peluca. «Es mío. Soy humana. Tengo pelo», les contestó. También tiene en las axilas, claro. Sí han llevado peluca Kate Winslet en El lector, Evan Rachel Wood en Mildred Pierce, Dakota Johnson en 50 sombras de Grey, Heidi Klum en Blow Dry y tanto Anne Hathaway como Jake Gyllenhaal en Amor y otras drogas.
Esas mujeres podrían preguntar a Amanda Miller, profesional de las pelucas. Es la responsable de la que cubría la entrepierna de un cadáver femenino en el piloto de Boardwalk Empire. Explicó en una entrevista que la peluca púbica (el llamado merkin) es un tupé para esa zona relacionado en su origen con las prostitutas y la sífilis. Lo usaban  para esconder que tenían la enfermedad (se les caía el pelo por el tratamiento con mercurio). Para parecer sanas se colocaban el merkin. También podría explicar a las señoras curiosas que se pone con pegamento una vez afeitada la zona y se quita utilizando bálsamos calmantes.

Caroline, hermana de Adam en Girls, el personaje que interpreta Gaby Hoffmann, es una especie de chiflada. Todo ese pelo le hace así mismo diferente, más allá de cómo tenga la cabeza. El derecho a decidir, bobo eufemismo usado en Cataluña, también tiene que ver con depilarse o no. Es una elección personal.
Pero vemos una mujer peluda y la miramos como quien observa un animal del zoo. De hecho, Olivia Wilde se ha empeñado en que todo el mundo sepa que lo suyo era falso. «Estaba horrorizada con que los extras pudieran pensar que era mi pelo de verdad». Lo mismo que la Hoffmann. El de María José Cantudo en La trastienda (1975) fue el primer desnudo integral de nuestro cine. El Ministerio de Información y Turismo había suavizado la prohibición de la desnudez permitiéndola «según las necesidades» del director. «Yo era una cría, no sabía que eso había que arreglarlo», dice ahora Cantudo de su felpudo. Cinco años después, Virginia Mataix competía con el suyo en La mano negra. Estos sí que eran reales. Y de una época en la que no sorprendían.
Marilyn Monroe contó a George Barris cómo se rodó la escena de la rejilla del metro en La tentación vive arriba, cuando a ella se le levanta el vestido blanco (escena que provocó su divorcio de Joe DiMaggio). El aire de un ventilador subía su falda hasta la cintura «Afortunadamente llevaba dos pares de bragas para evitar que asomara ningún vello púbico». A saber cómo llevaría aquello.